Me presento ante ti.
Desnuda de todos mis
pecados
dispuesta a dormir
por siempre… entre tus
brazos.
Ninguna lágrima han de
descubrir,
pues todas se fundirán en
ti.
No habrá lamentos,
solo el sonido del viento.
Sin reproches, sin
rencores…
Ya me despedí de mis
amores.
No queda más por hacer,
no hay manera de volver.
Camino despacio,
ya siento tu abrazo.
Gracias, por recibirme.
Solo me queda pedirte
O tal vez suplicarte…
Mi cuerpo no devuelvas
a tus orillas serenas.
Que no quiero que lo vean
aquellos que así lo
desean…
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