Cristales de
siete colores,
pedazos de un alma rota.
Dolor, que del corazón brota
para morir en la boca.
Al pronunciar el adiós,
que siempre, me roza.
Angustia de mariposas muertas,
que en mi estomago reposan.
Réquiem de amores fallidos,
que sin haber vivido, nada más nacer
yacen en la fosa, cavada sin sentido.
Prisión para soledades vacías,
celdas de ausencias pasadas.
Corredores de una muerte anunciada,
estancias que para mí,
creí olvidadas.
Sella bien tus cerrojos y arroja la llave al mar.
Que no he de volver a mirar,
a esa esperanza cortesana.
Que sonríe descarada
al verme penar, todavía enamorada.
pedazos de un alma rota.
Dolor, que del corazón brota
para morir en la boca.
Al pronunciar el adiós,
que siempre, me roza.
Angustia de mariposas muertas,
que en mi estomago reposan.
Réquiem de amores fallidos,
que sin haber vivido, nada más nacer
yacen en la fosa, cavada sin sentido.
Prisión para soledades vacías,
celdas de ausencias pasadas.
Corredores de una muerte anunciada,
estancias que para mí,
creí olvidadas.
Sella bien tus cerrojos y arroja la llave al mar.
Que no he de volver a mirar,
a esa esperanza cortesana.
Que sonríe descarada
al verme penar, todavía enamorada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario