Dormido
el poeta,
su
pluma reposa cansada.
Sobre
la hoja espartana,
así
lo encontró la mañana.
No
hay letras,
no
hay palabras.
Se
escondió la musa,
se
perdió su mirada.
Voces
calladas,
ausencia
de todo.
NADA
DE NADA.
Ideas
escondidas,
miserias
cantadas.
Romper
mi pluma,
matar
a la musa.
Recuperar
su mirada.
Soñar
despierto,
sopla
el viento.
Encuentra
el verbo…
Llegaron
las letras…
Encontró
las palabras.
Apareció
la musa,
percibió
su mirada.
Parieron
los versos,
para
estrofas cantadas.
TERMINO
SU POEMA.
Con
la pluma doblada.
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