Allá de donde vengo, no
puedo volver…
Pues soy la hereje; una
rebelde sin causa,
la que no escucha, aquella
que nunca calla.
No quiero rendirme y
someterme no puedo.
Hablo de no traición a
todo en lo que creo.
Soy espíritu libre, una
paria...
Hoy, soy un ángel sin
patria.
Dejo mi lecho de nubes
para elegir el duro asfalto.
Harta de ir de puntillas,
esquivando baldosas vacías
de un camino por mi no trazado.
Desciendo a los infiernos
con las alas destrozadas.
Arrastrando mis pecados...
Es el descenso ingrávido
de un alma alada,
que viaja libre… siempre
libre de cargas.
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